En el fondo de mi
memoria brillan muros invisibles
donde las horas
espantan todas las trabas,
y, sin embargo, cada
muro posee una especie de
necesidad.
Tengo ganas de escribir
sobre muros blancos;
cosas del día a día,
puestas en frases del presente
en muros … cada muro …
cada deseo …
Los muros más lejanos
se hacen cercanos
con los avatares del día a día;
los muros más profundos
están colmados de brazos,
cuerpos, como si fueran
fuentes de gozo inagotable,
que nunca se debilitan.
Cuando la pena de
muros hizo su camino en mí,
ese invierno mi pasado
dormía, ya … pertenezco
enteramente al
presente.