jueves, 23 de noviembre de 2017

Dejo de escribir ...

Dejo de escribir cuando las palabras faltan con aviso,
porque todo aquello que duele sigue intacto:
quiero evadirme, alienarme, para no aceptar la derrota,
para comenzar lejos sin un viaje con partida y adioses,
llegar a una puesta de sol ilusoria en donde sólo quiero ser;
ser sola con mi ser, ser por fin yo, la niña que se soñó
ser verdadera y sin paredes invisibles ni sábanas blancas.
Sin embargo, te asomas como en persecución indigna,
decepción cotidiana, rutina malvada, nada, y surges de la nada,
y dudo si soy yo quien no quiere ser o si mi sino es no ser.
¡Qué acuciosidad sobre el gesto equivocado,
solidario de este cansancio eterno,
que no se agota de patear burbujas de esperanzas,
excusas pueriles y entusiasmos pasajeros.
pido silencio ante mi llanto mudo,
pido excusa por mis bostezos al margen de la escena,
pido reverencia ante mi franqueza revelada;
lo que no pido es compasión,
pues el huerto de mi vida lo he sembrado yo,
y serán mis manos obreras quienes ahuyenten
este silencio atrincherado y los gritos de sordera,
que en ocasiones desgarran ilusiones idas;
sólo seré yo quien venza y te venza vida no querida,
quien venza y te venza opresión furtiva,
quien te  libere y te viva libre, libertad querida.



lunes, 30 de octubre de 2017

Encuentro


Hermosa foto en la que aparecemos reunidas Marcela Serrano, Marie Boyd, María Elba y quien escribe, Janet Diz. Reunidas por la visita de Marcela a nuestra ciudad tan austral, posamos para el recuerdo.


domingo, 15 de octubre de 2017

En un rincón del cerro

En un rincón del cerro 
      busco abrazos
para que mi amor
no sea palabra hueca;
pierdo el sentido del verbo,
no encuentro los brazos,
y... ya no estoy en el cerro,
sólo me queda un rincón
oscuro y frío en donde 
      el amor no existe, 
y... veo la nada como nada
y... siento la palabra fría
y...falsa... y ya no es hueca,
       sólo fría y falsa.
y pienso , no hay rincón 
        para el desamor,
no hay palabra falsa,
       sólo eres tú,
en un rincón del cerro,
abrazándome y diciéndome ...
      ¡ te quiero ! 

lunes, 8 de mayo de 2017

Encuentro

Hoy tuve la oportunidad de conocer a la escritora Marie T. Boyd, y me presentó su libro "La Señora D'Arbanville".

lunes, 1 de mayo de 2017

HE BARRIDO CON TODO



He barrido con todo…
no estoy en gracia para
construir nada , incluso,
en  momentos, siento ser nada.
Hay  en mí un algo malsano
como una barrera que detiene
todo impulso, todo deseo ,
toda voluntad, todo afán;
en  fin, me siento con el corazón
tan desprovista y mi alma
tan negra, como el hollín,
y en  todo caso siento también,
no ser la única, y egoístamente,
eso me consuela …
es como un consuelo social,
para  salir de este masoquismo
de  indignidad genérica . . .
es que me estanco, admitiéndome
prisionera tuya, del entorno,
sintiéndome sometida y paradojalmente,
digna, valiosa, fiel, cumpliendo mi rol. . .
¿Qué? ¿Cuál, me pregunto?
Te pregunto mujer de hoy y de ayer. . .
¿Es que tenemos respuestas diferentes?
¿Es que no somos las mismas?
He barrido con todo…
Me niego a hacer sacrificios a la prudencia,
y por alguna terca evidencia,
no creo en las penas del corazón;
penas de un lujo interesado,
penas de ricos intereses materiales,
en donde las únicas desgracias
terminan con perder la condición y
el estatus, el rol falaz del estrato asumido.
Las verdaderas miserias del alma, entonces,
¿qué son? ¿cómo se definen?
¿Los amores deshechos y los desechos de amores,
el hambre del sentirse amada, el dolor del despecho
y el amor como complemento genérico,
tienen condición social?
¿Es la felicidad cualitativa y vertical en la escala social
o depende, como casi todo, del cuánto se puede …?
He barrido con todo…
La palabra felicidad
no tiene el menor sentido.
Sonrío lentamente con mucha gracia
a mis estupores pensativos.
Cuando la vida es materialmente
difícil y austera
tiene la misma seducción
conmovedora que en mis sueños,
como un juego surrealista
sobre el equívoco de la materia
y los objetos,
transparencia helada de mi paisaje,
con mis espacios desnudos , huyendo
al infinito , de tu forma  ciega, de  tu calor,
sin sentirlo,
pareciéndose a puras modulaciones del vacío.
Aparezco, entonces, revelándome, inaccesible
a los subsuelos de cada  experiencia,
y dejo de flotar, entre sueños y vigilias,
entre viejos amaneceres y la
luz que sube por detrás de mi espalda…