¡ No puedo dormir!
¡Se astilla el silencio!
Tu alma es reflejo de la vida
pobre,
mas, si tu alma no es mísera,
no hay vida pobre que rompa el
deseo
de ser quien quieres ser.
Discurro entre creer o reducir
a ilusión lo que soy y quiero
ser.
¡Cómo sostener con igual brillo
sujeto y objeto, ser y querer
ser!
No soy quien quiero ser, siempre,
a veces, sólo soy quien soy.
En oportunidades, las imágenes,
ciertos fantasmas, algunas
palabras,
anticipan la esencia de quien
quiero ser.
Siento que allí está mi destino.
Confrontar, excitar, animar
las cosas de carne y hueso,
no son mi sino.
Mi destino y las cosas que habré
escrito
estarán siempre en el resguardo
cálido
de mi vientre materno,
confundiéndose
permanentemente entre materia y
espíritu,
destino e historia, recuerdo y futuro,
aprisionando las páginas del
mañana,
blancas como ilusión de campo,
que espero trazarlas con anhelos
y recovecos
a los que quiero asistir,
hasta cuando la pobre vida
me permita ir, arrojándome a mi
libertad
de buscar un cielo sin fallas,
reposo eterno de héroes y
heroínas,
cuyas deudas de vida, pagamos con
gracias.
¡Sólo así el silencio será
silencio,
y yo estaré en paz, en un cielo
sin fallas!